NAVEGANDO POR LOS VIÑEDOS DEL URUGUAY
Los vinos uruguayos están obteniendo reconocimientos y premios a nivel mundial y están siendo observados por los más amplios conocedores de la materia.
Uruguay es un pequeño país ubicado entre el paralelo 30° y 35° de latitud sur, la misma latitud en la que se encuentran –por ejemplo– Argentina, Chile, Australia o Sudáfrica. O sea, una ubicación geográfica muy propicia para la plantación de viñedos y la elaboración de vinos de alta calidad.
Se pueden encontrar viñedos a lo largo y ancho del territorio, todos ellos ofreciendo terruños bien diferentes y variedades adaptadas a cada tipo de suelo y clima. El resultado: una amplia gama de estilos que abarca a vinos blancos, rosados, tintos, espumosos y licorosos.
Actualmente, unas 6.000 hectáreas repartidas entre 170 bodegas familiares producen –dependiendo del año– entre 65 y 70 millones de litros de vino de alta calidad enológica.
En la zona Sudoeste se encuentra la mayor parte de los viñedos y bodegas, zona en la cual los primeros colonos se instalaron y de ahí en más comenzó toda la historia. Estos viñedos cuentan con una importante influencia del Río de la Plata, el cual afecta saludablemente la maduración y sanidad de la uva. Es una región de topografía ondulada y suelos que van desde los granitos rosas a los limosos o arcillosos, donde se logran grandes expresiones de Merlot, Tannat y variedades blancas como Sauvignon Blanc, Albariño y Chardonnay, entre otras. Vinos elegantes y equilibrados.
En el Norte la temperaturas son más altas, con un clima templado, suelos pobres y profundos, clima seco y con muchas horas de sol, la cual favorece al desarrollo de aromas y la maduración óptima de variedades tardías tales como el Cabernet Sauvignon o el Tannat. Los vinos de esta zona logran un potencial alcohólico y aromático un poco mayor que los del resto del país.
La zona Este está en pleno auge emergente, donde bodegas tradicionales se han instalado acompañadas de nuevos y pujantes emprendimientos. Posee un suelo granítico y arenoso de muy buen drenaje y permeabilidad, en el cual las plantas logran atraer toda esa mineralidad y aportársela a la uva. El clima marítimo funciona como un regulador natural de la temperatura; la brisa del mar logra que estas no sean tan elevadas –lo que favorece a la lenta y óptima maduración de la uva– logrando vinos aromáticos de menor graduación alcohólica. Se destacan las variedades Tannat, Pinot Noir, Albariño o Sauvignon Blanc, entre otras.
¿CUÁL ES EL SECRETO PARA LOGRAR ESTE ÉXITO? UNA ESTRATEGIA BASADA EN LA TRADICIÓN Y LA INNOVACIÓN, MARCADA POR DIFERENTES TRANSFORMACIONES Y NUEVOS DESARROLLOS APORTADOS POR LAS NUEVAS GENERACIONES.
LOS RESULTADOS DE COMBINAR TRADICIÓN E INNOVACIÓN
Esta evolución no solo está marcada por los cambios de la reconversión vitivinícola. Además de la modernización de maquinaria y la experimentación de nuevos cultivos adaptados a nuestro terroir, también está marcada por tres generaciones de bodegueros que han estado al frente de sus respectivos emprendimientos, cada uno brindando su conocimiento y adaptándolo a la actividad vitivinícola actual.
Las bodegas se han trasformado y no solo están abocadas a la elaboración del vino: también reciben visitas y ofrecen exclusivos restaurantes y hospedajes, entre otras atracciones. El concepto “Enoturismo” se ha puesto en marcha y ya es parte del desarrollo vital del segmento.
El vino es nuestra bebida nacional y el Tannat nuestra cepa insignia. Los invito a degustarla, a ver su transformación, desde los jóvenes bien profundos en color y vivaces en aromas a fruta negra, hasta los maduros de sutiles aromas y taninos firmes y amables. Vivan la experiencia de probar vinos uruguayos.
El Uruguay vitivinícola está siempre en transformación, ofreciendo una diversidad de vinos más que interesante. Cada celebración es una oportunidad única para degustar un vino uruguayo. ¡Salud!
